- Buenas prácticas de manejo y conservación del suelo y del agua
Resumen
La obra “Manual de buenas prácticas de manejo y conservación del suelo y del agua en áreas de secano“, pubicada por PROSA-FECIC en el 2019, describe las principales prácticas de manejo del suelo y del agua probadas exitosamente en sistemas bajo producción agrícola y ganadera de secano, considerando también las prácticas que incluyen el uso de vegetación como base para la conservación del suelo.
Se propuso como metodología de trabajo detallar las principales prácticas de manejo y conservación del suelo a nivel provincial, indicando cual es el proceso degradatorio del suelo en que interviene, para qué región se recomienda y cuál es la normativa legal vigente. Para la elaboración de los 24 capítulos se convocó a investigadores y técnicos referentes de instituciones oficiales y privadas, tomándose como base la red de especialistas que participaron en la elaboración del libro “El deterioro del suelo y del ambiente en la Argentina” publicado por PROSA-FECIC en 2015.
Las prácticas fueron descriptas siguiendo el formato de una ficha técnica: i) Nombre, ii) Definición, iii) Objetivo, iv) Condiciones para su aplicación, v) Superficie estimada de aplicación, vi) Normas técnicas, vii) Equipo necesario, y viii) Mantenimiento.
De acuerdo al criterio y experticia de 208 profesionales referentes en la especialidad de todas las provincias del país, se describieron un total de 214 buenas prácticas. A los efectos de su análisis y en función de su distribución en el territorio y/o importancia estratégica, las prácticas se reunen en ocho grupos, a saber: i) Control de erosión, ii) Siembra directa, iii) Fertilización, iv) Gestión de pastizales, v) Sistemas silvopastoriles, vi) Manejo de áreas deprimidas y mallines, vii) Cosecha de agua, y viii) Control de salinidad y sodicidad.
- Aplicación de buenas prácticas de conservación del suelo y del agua
Resumen
El análisis de las buenas prácticas propuestas en la obra Manual de Buenas Prácticas de Conservación del Suelo y del Agua en Áreas de Secano, señala claramente que existen tecnologías probadas en las regiones para producir de manera sustentable. A pesar de los esfuerzos de extensionistas, todavía hoy existe un abanico importante en cuanto al grado de aplicación en el terreno, pese a estar demostrada la eficacia para mejorar el manejo y conservación de suelos y aguas.
En este capítulo, se analiza como la difusión del sistema de siembra directa ha constituido un avance de trascendencia para la conservación del suelo desde principios de la década del 90. Sin embargo, en los últimos años se ha producido una simplificación extrema de los sistemas productivos pampeanos y extrapampeanos, con un paulatino reemplazo de las rotaciones tradicionales por el monocultivo de soja, lo cual ha tenido un impacto desfavorable sobre las funciones del suelo y la sustentabilidad del agroecosistema.
En relieves ondulados con pendientes empinadas y/o de gran longitud, la siembra directa no es suficiente para controlar el escurrimiento y los procesos erosivos. Entre el conjunto de técnicas propuestas para el control de la erosión hídrica se analiza la sistematización de tierras mediante construcción de terrazas. La aplicación de las buenas prácticas agrícolas para control de la erosión hídrica debe propender al manejo integral de los recursos naturales (suelo, agua y vegetación) a nivel de cuenca. En cuanto al control de la erosión eólica se decribe el trabajo de revegetación de áreas degradadas y control de médanos en las Provincias de Rio Negro y Santa Cruz y Chubut.
La aplicación de técnicas de gestión de pastizales y de sistemas silvopastoriles, persigue compatibilizar la productividad con el cuidado del ambiente. La aplicación de estas prácticas se apoya en la trilogía productividad – equidad – ambiente sobre la que se asienta la noción del desarrollo sustentable.
La gestión integrada del recurso agua reúne a una serie de prácticas que pueden provocar un salto cuali y cuantitativo en la ganadería Argentina. Entre ellas merecen mencionarse el diseño de represas para reducir pérdidas por evaporación e infiltración, la sistematización de las áreas de captación de escurrimientos para alimentar las represas y técnicas para recarga del acuífero.