Todos los 31 de marzo se conmemora el Día Nacional Del Agua, para generar conciencia en todos los argentinos sobre el uso de los recursos hídricos de nuestro país y de todo el planeta. La misma quedó instruida bajo la Resolución Ministerial Nº 1630 del año 1970.
En este sentido, entendemos que el agua afecta todos los aspectos del desarrollo humano, y se relaciona con la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Además, impulsa el desarrollo económico, apoya los ecosistemas saludables y es fundamental para la vida.
Las brechas en el acceso a fuentes de abastecimiento de agua y saneamiento, el crecimiento demográfico, el uso intensivo de agua, la mayor variabilidad de las precipitaciones y la contaminación, son factores que se conjugan en muchos lugares del países y del mundo, transformando a la escasez de agua en uno de los principales problemas en relación al índice de desarrollo humano y de calidad de vida, evidenciando dificultades para el progreso económico y complejizando el camino del desarrollo sostenible.
Al día de hoy, hay unos 2200 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso a servicios de agua potable. También existen 4200 millones que no cuentan con servicios de saneamiento seguros, y otros 3000 millones que carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos o asearse.
Se prevé que la demanda mundial de agua (en términos de extracción) aumentará cerca de un 55% para el año 2050, debido, principalmente, a la creciente demanda de la producción (400%), a la generación de energía térmica (140%) y a un aumento considerable del consumo doméstico (130%). Como resultado, la disponibilidad de agua dulce se verá afectada en este periodo, y de acuerdo a las previsiones, se estima que más de un 40% de la población en todo el mundo vivirá en zonas de severos problemas hídricos para el 2050.
Por otra parte, existe una clara evidencia de que las reservas de agua subterránea están disminuyendo. Según las proyecciones y los estudios realizados, se prevé que un 20% de los acuíferos del mundo están sobreexplotados, algunos en forma crítica. El deterioro mundial de los humedales está reduciendo la capacidad de los ecosistemas de purificar el agua.
El agua es un factor vital para la producción, por lo que la reducción de sus existencias puede reflejarse en una desaceleración del crecimiento económico. Gestionar el agua significa adoptar enfoques integrados para la gestión de los recursos hídricos a nivel local, nacional y regional.